Ethos, Caracter y Personalidad moral.
La vida humana es por naturaleza moral, en tanto el hombre está irremediablemente
emplazado a conducirla por sí mismo. La moral, en este
sentido primario, consistirá en cómo la conduzca, de acuerdo con las
posibilidades que él mismo haya preferido.
La moral consiste, por tanto, no sólo en ir haciendo mi propia vida,
sino en cómo de hecho la he construido, a partir de la incorporación
de las posibilidades ya realizadas. En este sentido, la moral resulta ser
algofísicamente real, o como decía Aristóteles, una segunda naturaleza. La
apropiación real de estas posibilidades, buenas o malas, es lo que va
conformando mi doble naturaleza, es decir, mi doble personalidad.
El carácter, éticamente considerado,
configura la verdadera personalidad moral.
¿Qué significa tener una verdadera
personalidad moral? Quiere decir que
nuestro carácter y/o modo de ser se va
definiendo a través de cada uno de nuestros
actos. De este modo, la personalidad
moral incorpora todos aquellos actos que
vamos bordando en nuestro trayecto de
vida, es decir, lo que de suyo va quedando
a medida que la vida pasa: hábitos, costumbres, virtudes, vicios, valores,
etc.; todo ello es lo que da forma a nuestro propio ethos, nuestro carácter
y singular modo de ser.
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